“...La memoria es asesina da muerte a la misma muerte…”

 Gabo Ferro

sobre la muestra “Al disipar, trazar con un gesto” de Lucía Sbardella.

La reconstrucción de imágenes opera en la atmósfera compositiva de un espacio tiempo, al ras de las
demostraciones. Cuando éstas son dulces, dibujan una embarcación que lleva a flote la posibilidad de
hacer que el olvido sea parte del recuerdo, sin distanciar en extremos el uno del otro. 

El horizonte al que nos invita Lucía con estas obras, transita la búsqueda de una calidez íntima que
atravesada por la ausencia de un ser querido, expresa la necesidad de sostener a través de gestos. Este
sustento deviene en parte de una delicadeza y vulnerabilidad de la memoria, de un cuerpo regalo de
afecto, de un ritmo de vida encaminado a sustituir de manera constante y de cómo crear puentes de
acceso a ciertos planos de realidad, donde revivir un abrazo. 

Desde la invitación a este recobrar, nos preguntamos, ¿Hay maneras de asegurar los recuerdos?, ¿Cómo hacer para que perdure un sentimiento? Son variadas las formas de generar estos lapsos, pero algo certero implica una escucha, oír un galope
canal para dilucidar las huellas, la esencia, a contracorriente de cualquier descuido.
Este nado requiere de un flujo calmo, que a veces más agitado por no poderse prever, responde a un
estadío neblinoso parecido a una lejanía, cuando ciertamente sigue ahí.

​

sostiene el recuerdo a través
del registro
del gesto

revive pero no
de traer a la vida
sino
de volver a pasar
por el cuerpo la memoria

nunca es fiel
no hay dónde
asirse

lo que queda

un cuerpo después
de reconstruir
otro cuerpo

desplaza
una forma de ver
el error que abre
nuevos ojos

un cuerpo después
de revivir

la puntada cuando

​

Texto de Silvana Sanabria y Fede Fischer. Noviembre 2019.